Superhéroes... Controlando la luz del Sol (XXIV)

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 El viernes me llegó un mensaje de Javi sobre las 5 y me puse en marcha enseguida. La fábrica de celulosa es un edificio que lleva aquí toda la vida, pero es un lugar por el que sólo pasas por delante cuando vas por la autopista, nunca sabes como llegar hasta él. 

Bueno, pues hoy tenía que llegar para saber si podría planificar algo en vista a mi cita con los ucranianos (y el haitiano, claro). 

De camino al coche todo me parecían señales que aludían a la miel de Ucrania. Cogí el coche en dirección a la autopista en dirección a Marín, al lado de Pontevedra. Esta vez, cuando pasé por delante, mi sensación era diferente a la que había tenido toda la vida. Ahora iba a tener que entrar (donde nadie me llamaba). Después de pasar por delante, una rotonda. Dirección, PLACERES, espero que sea una señal (Emilio, no desvaríes!). Esta es una carretera que va por detrás de la autopista. Sigo conduciendo hasta que, a lo lejos, veo un camión que carga madera. Voy a seguirle. Antes de que pasen dos kilómetros el camión toma un desvío. Ajá, aquí es! ENCE. Voy a seguir conduciendo un poco más y echo un vistazo por mi cuenta. 

Me paro en un arcén. El lugar es alucinante. Huele a químico mezclado con mierda o yo qué sé. Compruebo que tengo una pequeña erección propiciada por el olor y por todo. Empiezo a acojonarme un poco con todo esto. Pero la vista es grandiosa. Ojalá tuviese un plano de este lugar, pero como no lo tengo voy a tener que equiparme bien. Espero que quienes lean esto sigan animándose a participar en la misión...

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