miércoles, 27 de agosto de 2008

Sangre y sobacos



Muchos no recordarán al hombre impredecible.

Tampoco el cuadro que surgió de él. Bueno, el cuadro surgió de este fotomatón ("sangre y sobacos"), no del otro.

Esta variación de la tira del "hombre impredecible" estaba pegada en mi libro de artista, un libro donde yo ponía las ideas que se me ocurrían.

Era como un tesoro. Escribía y dibujaba todo. Libertad absoluta. Desde lo más personal, hasta lo más ocurrente o lo más tonto. Daba igual.


Y pensando esto, caray, no me había dado cuenta de que he vuelto a usar estos días un libro para apuntar ideas y dibujar.

Vuelvo a tener un libro de artista.

Tendré que mimarlo un poco más.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola
Tengo un tiempo mirando su página y me agrada mucho la variedad de sus publicaciones.
Me tiene expectante con la historia de su sol, acabaré por pensar que lo que está sucediendo es cierto.
Ahora que he decidido comentar espero hacerlo con más frecuencia.
Saludos desde México

emilio cendón dijo...

Adrianam,
le adelanto que la historia de mi Sol se me va a complicar y voy a necesitar toda la ayuda posible, de usted y de todos los demás visitantes del blog.
Espero que no tarde en volver a comentar. A estas alturas de la película toda participación será bienvenida.

Anónimo dijo...

GRACIAS POR RECORDARME LO DEL LIBRO DE ARTISTA,QUE TIEMPOS AQUELLOS...

emilio cendón dijo...

te has puesto nostágica.
Mi solución para eso ha sido ponerme al día.

Anónimo dijo...

Y MUCHO.
TENDRE QUE HACER LO MISMO.